lunes, 20 de abril de 2009

Los extremos del fraude


Muchos defraudadores han querido ir más lejos e incluso llegan a automutilarse partes del cuerpo para obtener una indemnización.

Obviamente son pocos los que realizan estas locuras, pero los hay y cuesta creer de que se trate de un fraude.

"Es el caso de un hombre que pretendió embolsarse 200.000€ a costa de perder intencionadamente 2 dedos de la mano". El hombre había contratado cuatro pólizas con distintas compañías, alegando que había sufrido "un accidente involuntario cuando despiezaba un cabrito".

Cada compañía comenzó una investigación cuando supieron de la existencia de más seguros y empezaron a sospechar de que se podía tratar de un fraude.

Finalmente este engaño temerario le supuso seis meses de prisión por delito de estafa, despues de que un tribunal declarara nulas las cuatro pólizas.

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