
Además la Razón afirmó, que ese año más de 65.000 españoles fueron descubiertos en su intento de defraudar a la aseguradora. ¡¡¡¡Muchos no, muchísimos!!!!
La forma más habitual de defraudar consiste en inflar el parte de daños, así como omitir o modificar las circunstancias del siniestro.
Abundan aquellos que
a) contratan un seguro despues de haber tenido un accidente,
b) falsean el conductor habitual para evitar recargos
c) ocultan una enfermedad preexistente a la contratación de un seguro sanitario.
El 80% de los intentos de estafa se dan en "el ramo de autos", al ser un seguro obligatorio, al existir un gran parque de vehículos en constante movimiento y al tener las coberturas más grandes por lesiones a personas.
Resulta sorprendente que ese año 1.000 españoles fingieron enfermedades y diversos grados de invalidez y 204 simularon su propia muerte.
¿Alguien se lo imaginaba así? A mi me sorprende, sinceramente.
Estos datos nos dan una idea de la magnitud y transcendencia para las compañías.
Y con la crisis... pues aún más, claro.
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